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La prohibición de la normativa, aprobada a finales de mayo de 2021 en la Cámara Baja, comenzó a regir este año y se incorporará así a la Ley de Protección Animal alemana.
El Bundesrat, o Consejo Federal de Alemania que es lo equivalente a la Cámara Baja, aprobó en mayo del año pasado, la Ley sobre la prohibición del sacrificio de los pollitos machos de un día de vida en la industria de cría de gallinas ponedoras, una práctica conocida como sexaje de pollos, donde se establece que “se prohíbe el sacrificio de los pollos de la especie gallus gallus”. Esta es una iniciativa pionera en todo el mundo, aunque ya hay países como Francia que también quieren legislar en este sentido.
El sacrificio de los pollitos machos es una práctica que existe en la industria avícola, por no ser considerados útiles ya que no ponen huevos y tampoco sirven para producir carne, esto ya que se consideran inadecuados para engordarlos porque necesitarán mucho tiempo para lograr el peso y tamaño considerado.
El sacrificio de pollos es una práctica en la que los métodos más habituales para realizar este descarte son la trituración o asfixia por gas. Si bien no existen cifras oficiales, se estima que por cada hembra que nace, también lo hace un macho, donde actualmente en Alemania son sacrificados cada año casi 45 millones de pollos machos.
Esta prohibición no se aplicará cuando se trate de un sacrificio oficialmente ordenado por razones de carácter zoosanitario o cuando -en casos singulares- sea necesario por motivos relacionados a la protección animal. Quedan, asimismo, excluidos de la prohibición de sacrificio los pollitos que no consiguen eclosionar y aquellos en los que no se pueda determinar el sexo. Además, se sigue permitiendo el sacrificio de los polluelos utilizados para la experimentación animal u otros fines científicos.
Segunda fase de la Ley: aún no está en vigencia
Esta norma tiene una segunda disposición, la que prohíbe además que, a partir del séptimo día de la incubación, se intervenga en los huevos de gallina para determinar el sexo dentro del propio huevo, provocando la muerte del embrión, así como la interrupción de la incubación. El plazo establecido para el reconocimiento del sexo en una fase temprana de la incubación se determina en base a los últimos conocimientos científicos, que demuestran que el embrión empieza a percibir dolor a partir del séptimo día de incubación.
Esta fase de la Ley entrará en vigor en enero de 2024 y tiene el objetivo de dar tiempo a los criaderos avícolas para que se adapten a la nueva situación legal. Aún así estas medidas son un gran paso hacia la dirección correcta, y es de esperar que otros países sigan estos ejemplos, como lo está haciendo Francia, que ya ha anunciado su prohibición del sacrificio de pollos, la cual entrará en vigor en 2023.
